Esta historia es especial por que se lo mucho que le costó dar el paso y aún más contarlo aquí. Ella es Cindy, mi hermana, las dos tenemos patrones diferentes y vivencias muy diferentes con el pelo,muchas gracias por apoyarme en esto y como siempre.
Soy Cindy, tengo 38 años. Soy dominicana pero vivo en España desde los 8 años, así que podemos decir que tengo un mezcla de los dos sitios.
En muchos países definen mi pelo como “cabello malo” y a día de hoy aun no esta de todo aceptado en la sociedad. Creces sabiendo que te alisarás el cabello, dejarás atrás los peinados de niñas y llevarás simplemente el pelo suelto.
En mi caso la experiencia con los alisados empezó con 5 años, por lo que me han contado después no me gustaba peinarme y los moños o coletas me los quitaba.
Al llegar a España me cortaron el pelo, porque no sabían dónde ir o que comprar para poder peinarme. Así que pase un tiempo con el pelo muy corto hasta que dieron con una peluquería dominicana en Barcelona. Siempre deseando un pelo largo, liso, con mucho movimiento, vamos todo lo que no tenía.
He pasado mucho tiempo de mi vida en peluquerías, jugando con trenzas, extensiones y todo tipo de alisados. Siempre supe que no quería lo mismo para mi hija, sus tres primeros años los llevo corto hasta que empezó a pedirme que le dejara pelo largo. Mi hija tenia 4 años y yo no sabia como cuidar bien de su pelo. Empecé a investigar y aprender a cuidar su pelo 4a 4b. Productos, cepillos, peinados…. Y a su vez mi hermana estaba pasando por su transición.
Yo aun no estaba preparada. Cambie el alisado típico por la keratina , que en teoría era más suave y al principio bien pero a la que sale tu pelo la misma historia de siempre.
¿Cómo pensaba hacer que mi hija se aceptará si yo no lo hacía?
El último empujón que me hizo cambiar fue que mi hija con cuatro años me pidió que quería el pelo liso como sus amigas. Eso me abrió los ojos de golpe, ¿Cómo pensaba hacer que mi hija se aceptará si yo no lo hacía? Sin pensarlo me hice el gran corte.
Me levanté del sillón de la peluquería, me acompañaron buenas sensaciones y muchas dudas a la vez. Salí a la calle, nadie me miraba, nadie decía nada, por parte de mi familia y conocidos todo fueron elogios. Yo sentía que estaba saliendo desnuda a la calle, tenía sensaciones contrarias, no me sentía guapa pero tampoco no me gustaba.
Ese día empecé una carrera de aceptación que poco a poco va dando sus frutos. No es nada fácil pero no me arrepiento, hoy tengo una seguridad que no conocía.Empiezo a conocer mi pelo, a experimentar con peinados, disfrutar cuidándolo pero sobre todo a CONOCERME A MI.Con los años he dejado de buscar la “definición perfecta” y la melena larga . Hoy disfruto mis rizos aceptando mi pelo tal y como es. Feliz porque mi pelo cada vez está más sano.
Gracias a mi paso, a que en mi familia somos unas cuantas rizadas, a las redes sociales y a que cada vez hay más referentes, mi hija hoy por hoy se adora, ama su pelo entiende los procesos de peinado y sobre todo entiende sus orígenes y eso le da una seguridad única.
CINDY